La estrategia es una visión a largo plazo de lo que quiere lograr la empresa, a través de una visión integral de todos los componentes de la organización, que es lo suficientemente específica para pasar a su implementación, a través de una serie de acciones, participantes, entradas, procesos y salidas, así como iniciativas que apoyen la estrategia definida.
Al momento de definir una estrategia deben tomarse en cuenta, el ámbito, la dirección y el sentido de la organización (vector), identificación de las ventajas competitivas, valores y otras relacionadas al gestión de los recursos (humanos, tecnológicos, financieros, ambientales, otros).
La estrategia debe tener en cuenta varios enfoques, tanto proyectivos que surgen a partir de experiencias pasadas como prospectivos que toman en cuenta escenarios del futuro.
Vale la pena destacar que la estrategia parte de los más altos de la organización, a partir de la visión, valores y objetivos de los accionistas o alta gerencia. A partir de definir la base de la pirámide organizacional surge la planificación estratégica, que es el proceso sistematizado a través del cual se establecen los propósitos, objetivos y acciones estratégicas básicas, para poner en práctica las estrategias. Sin embargo es importante que no bastala planificación estratégica, sino que es necesario también la administración estratégica, que sistematiza todo lo realizado en la fase anterior. Fayol menciona varios procesos interactuantes para llevar una organización al éxito, siendo estos: Estrategia, desarrollo de las estructuras acorde a la estrategia, desarrollo de las capacidades humanas para lograrlas.
Luego de tener claro estos dos procesos de planificación estratégica y de administración estratégica, deben tomarse en cuenta los componentes del negocio, que deben partir de lo más general y esencial para luego ser transmitido al resto de la organización, por lo que todos deben tener claro las bases del negocio o naturaleza de la organización, áreas del negocio, operaciones de negocio de cada área, acciones y subacciones del negocio para el desarrollo de las operaciones, de esta manera se parte del modelo de alta dirección para caer en estos componentes.
Como conclusión podemos afirmar que la estrategia como tal tiene varias aristas que parten del diagnóstico actual y prospectivo del negocio, así como amarrarlo a una serie de acciones que permitirán establecer planes medibles y que puedan cumplirse para resolver determinada problemática, apoyados en herramientas que permitan el desarrollo de iniciativas clave en dónde se tome en cuenta la alta dirección, la tecnología disponible (sistemas contables, reportes, otros), la gestión del capital humano, entre otros para cumplir con los objetivos propuestos de la organización.
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